La historia de Cajamarca es mágica, encierra la leyenda familiar de amor profundo y eterna juventud, porque desde que Don Roberto y Doña María, en juramento, unieron sus vidas, todas las parejas que desde años se encuentran por amor en este lugar jamás se separan.

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Ubicada en el Kilómetro 22. 5 de la Ruta Boquerón, en el Volcán de San Salvador, a 1,650 mts. Sobre el nivel del mar,  se encuentra Cajamarca, en donde se disfruta de un clima templado por su altura. Sus primeros propietarios eran originarios de Colombia, lugar de donde proviene su nombre, conocido como la puerta de entrada a la zona cafetalera de dicho país.

 

Entre el exquisito clima y la sensible paz que se vive en Cajamarca, después de un poco más de un siglo este bello lugar abre sus puertas nuevamente al público. Paisajes de película, sonidos relajantes y la calidez de su gente hace de este espacio una motivación para despertar sueños y contar bellas historias del pasado.

 

Su antiguo propietario, Don Roberto se esmeraba porque las tierras se trabajaran y los lugareños encontraran una actividad que les permitiera ser el sostén de sus hogares. Fue de esta manera como conoció a María una joven salvadoreña con quien decidió casarse.

 

Juntos trabajaron, en aquellos años, por producir el mejor café de altura de la zona. Construyeron su casa, el casco de la finca y una bella capilla de estilo colonial, convirtiéndolo en un lugar de encuentro para disfrutar y amar.

 

Su casa tenía una impresionante vista al que se conoce ahora como el valle de Quezaltepeque, décadas después se conserva únicamente la imponente chimenea que en aquel momento estaba al centro de su sala.

 

Doña María, como le llamaban los colonos, era una mujer amante de la naturaleza, motivo por el cual aún se conservan más de 80 especies de flores diferentes. Tanta era su pasión que diseñó un jardín tipo inglés en donde podemos observar hortensias, lirios y orquídeas que lo adornan.

 

Don Roberto administraba el negocio de producción de café en el casco de la finca en donde aún se conservan piezas antiguas que utilizaban en aquella época.

 

“Esta es nuestra capilla, construida y cimentada en roca firme, representando lo que somos, hombres y mujeres fuertes entregados a la bondad” esas eran las palabras de doña María. Es una antigua capilla, de estilo colonial, construida con piedra volcánica. En su interior aún se aprecian imágenes propias de aquella época, reliquias exquisitas.

 

Doña María y Don Roberto son recordados aún, su matrimonio perdura en la mente de su familia, eran una pareja apasionada, entregada a sus ideales y unida por un amor intenso que hizo de Cajamarca el sello que los identificaría en el pasar del tiempo. Este lugar fue testigo del arduo trabajo de muchos lugareños, de los nacimientos de sus hijos y del final de sus días.